sábado, 28 de febrero de 2009

Marina por soleá, El Pele por seguiriyas

Ayer noche consumí mi primera y única cita con el Festival de CajaMadrid 2009: María José Pérez con la guitarra de Miguel Ochando -¡Peazo guitarrista!-, Marina Heredia con El Bolita y Luis Mariano, y para cerrar, El Pele con Antonio de Patrocinio.

El resultado del encuentro fue: Malagueñas 0 - Soleares 3.



No pensaba acudir a ninguna de las actuaciones grandes del Festival, porque tenía rabia de que nos hubieran cerrado el Teatro Albéniz, pero luego pensé que Alejandro Reyes no tiene la culpa. La verdad es que tenía, también, una curiosidad morbosa por penetrar en los entresijos de estos Teatros del Canal postmodernos con los que nos quieren consolar a los madrileños. Elegí este día porque era el más novedoso.

No estuvo mal; aún más: estuvo muy entretenido.

Después de las seguiriyas de El Pele, que fue lo que más me gustó, me tuve que marchar sin terminar de escuchar su actuación; imagino que ya no haría nada más memorable que esas seguiriyas, en las que estuvo "rajao" y contenido. El Pele, cantando, se desborda con mucha facilidad -y demasiada frecuencia- en sus improvisaciones caracoleras y propias, pero cuando controla un poco esa desmesura, es un cantaor de los que quedan pocos, y en esas seguiriyas consiguió lo que no logró nadie esa noche: el pellizco y el latigazo -ligero, todo hay que decirlo. Aunque yo iba a escuchar a Miguel Ochando, el premio a la guitarra de esa noche se la doy a Antonio de Patrocino.

Marina Heredia -hija del cantaor El Parrón- también me gustó bastante en su Pregón del uvero -últimamente lo hace todo el mundo- pero sobre todo en sus primeras letras de soleares; luego, no sé que pasó, pero no volvió a alcanzar la intensidad de ese arranque y primeras soleares. Hizo también los Tangos de la Penca, pero me faltaron los jaleos de su disco, de Curro Albaicín.

María José Pérez es todavía muy joven y está poco hecha, pero tiene hechuras y planta flamenca. El tiempo lo dirá.

Todos hicieron soleares -El Pele, soleá apolá- dignas y algunas sobresalientes, como las soleares de Marina... y también malagueñas; pues bien, las tres malagueñas me decepcionaron. No entiendo porqué se cantan las malagueñas tan "parás", con tanto "tiento", tan cortadas, como si fueran mirando en dónde ponen los pies... en un campo de minas. Sólo El Pele tuvo su momentico en las letras de la malagueña de La Trini. Estoy tan cansada de escuchar siempre la Malagueña del Mellizo, que cuando algún cantaor/a se atreve con otra cosa que no sea aquélla y la de Chacón, me siento transportada.

El sufrimiento de la noche fue el toque por malagueña y abandolaó de El Bolita: era casi irreconocible. ¡Qué dejen las cosas grandes, tal y como están! Reconozco que ahí perdí la paciencia.

En el intermedio e intentando orientarme en el laberinto de puertas y corredores, escaleras y miradores en busca del servicio de damas, me encontré con algunos amigos de la prensa. Me enteré que Alfredo Grimaldos presenta su nuevo libro en la Sociedad General de Autores de España (SGAE) el día 11 de marzo, por la tarde. Todavía no sé el título de la obra, pero sé que se mete con la iglesia, así que junto a los múltiples pleitos que le tienen puestos los políticos, le va a caer ahora una excomunión. ¡Dios nos coja confesaos!

Salud, La Triniá

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