(Rafael Estévez y Nani Paños, portada del mes de junio de la revista japonesa "Paseo")
Ayer por la noche me estrené en mis salidas madrileñas de "cultureta", yendo a ver el espectáculo de la Compañía de Rafael Estévez y Nani Paños -Dos por medio- titulada "Sonata" en el Centro Cultural de la Villa, en su segunda velada en Madrid.
Aquejada del jetlag de un vuelo transatlántico, tuve que pelear un poco con el sueño, pero las palmas, zapateados y compases flamencos de algunos fragmentos del espectáculo, interpretados en los momentos de silencio "bailado" me mantuvieron muy, pero que muy estimulada y muy entretenida. Bueno..., se me hizo un poquitín largo.
Conozco lo que hacen estas dos "fieras" y siguen teniendo la capacidad de sorprenderme, y por lo tanto de divertirme, con sus experimentos. Encuentro a Rafael Estévez cada vez más flamenco, y a Nani Paños cada vez menos clásico, aunque lo siga siendo. ¡Qué bien se mueve, el condenao! Aunque no coincido casi nunca con el crítico Roger Salas, creo que esta vez, también yo pienso que debe serenarse un poco -Nani, no Rafael, que este último ya está bastante sereno.
No es que este tipo de danza me llene mucho -la verdad es que creo que ningún tipo de danza lo hace- pero me lo paso bien y me divierto. Me gusta la escuela española de danza, la escuela bolera, y sobre todo el ritmo flamenco, y mucho de ello hay en estas "Sonatas" del compositor Antonio Soler.
Esta vez me he fijado especialmente en otro bailarín que no puedo nombrar porque no sé su nombre: el bailarín más alto que baila también clásico y bolero, como Nani Paños; para mí, el que posee el control más preciso sobre el movimiento de su cuerpo: elegancia y precisión, es lo que pido. Toda la compañía es buena, pero este trío: Estévez, Paños y el tercero, soberbios.
Crítica de Roger Salas en El País Digital (8.6.2011)
(Rafael Estévez, en un solo. Fotografía de Daniel Muñoz)