martes, 16 de junio de 2009

Paco Moyano y la poetisa de Jerez.

Traigo esta entrada, de nuevo a la primera página, porque hay una novedad que quiero que escuchéis: las estremecedoras seguiriyas que Paco Moyano interpretó ese jueves de junio en Málaga.

Lo demás, está igual, pero volver a leer lo que allí aconteció, de mano de Lourdes, tampoco está de más.
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La tan esperada comunicación de nuestra cronista malagueña, ya está aquí.

El encuentro de la poesía y el flamenco comprometidos: la poetisa, Pilar Paz Pasamar, y el cantaor, Paco Moyano.

Me alegro muchísimo de esta recuperación, y con los completísimos datos de Lourdes Gálvez del Postigo, iré allá a dónde se repita este encuentro.

Un brillante y completo recital
LOURDES GÁLVEZ DEL POSTIGO | MÁLAGA HOY - - ACTUALIZADO 13.06.2009 - 05:00

La segunda jornada del ciclo Flamenco y Poesía se celebró, según lo previsto, el pasado jueves en el Auditorio de Diputación. La falta de seriedad de parte del público asistente, que entraba y salía del auditorio sin ocupar definitivamente su asiento, provocó un retraso de quince minutos. Los puntuales esperamos que la organización tome nota.

Menos mal que la cautivadora voz de Pilar Paz Pasamar nos alegró con sus poemas, flamenquísimos en su esencia y en su forma de decirlos, a la vez que nos iba haciendo entrañables confidencias sobre los mismos.

Después, dos sillas de anea y una mesita con vino dulce, una vela y una rosa roja (nada subliminal), nos anunciaban lo que iba a acontecer: un recital genial, una voz, la de Paco Moyano, que cuando parece que va a romperse, surge renovada y pujante; un pellizco que conmueve todos nuestros sentidos; y un discurso que deleita al intelecto, que nos hace empatizar y sentirnos abanderados de la misma causa. Todo ello junto al brillante y magistral acompañamiento de Paco Jarana.

Con esa personalidad arrolladora que le caracteriza, Moyano comenzó haciendo un recorrido por tonás para acabar muy oportunamente con la toná grande que grabara Mairena. Después empezó con la caña, de forma un tanto anárquica en los ayeos y estrofas, para irse a la soleá de la Serneta, y terminar por Alcalá. Todo ello ligando los tercios, e insisto, con una manera muy peculiar de cantar que tiene la capacidad de transmitir al que le escucha. Después hizo unas cadenciosas jaberas, seguidas por malagueñas de la Trini y rematando valientemente por rondeñas, rayando la perfección, lo que denota su amplio conocimiento de los cantes de Málaga. Si con estos cantes bravíos demostró la amplitud de su registro vocal, puso el contrapunto con una vidalita en la que se descubrió dulce y pastueño.

El grito quejumbroso de la siguiriya nos erizó la piel, de nuevo con el recuerdo a Mairena al cantar un fragmento del precioso romance de Riego. Por último, nos invitó a dar un refrescante paseo por Cádiz, partiendo de las cantiñas, emocionándonos con la letra desafiante del mirabrás -el primer alegato por la democracia de la historia del flamenco: "y a mí qué me importa que un rey me juzgue, si el pueblo es grande y me abona"-, pasando por Pinini, recordando las romeras y acabando por alegrías. Calurosamente, el público les despidió en pie
.

¡Gracias Lourdes! -por tu crónica y por algo más. Es casi como si hubiera estado allí. Espero que los madrileños tomen nota y nos traigan a Paco Moyano a la capital.

1 comentario:

Potestad dijo...

Si que es estremecedora la Seguiriya. Gracias Porverita por dejarnos oir este poderoso lamento de un flamenco republicano.

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