domingo, 19 de diciembre de 2010

La noche oscura del cante de Tío Gregorio


La Porverita se ha vuelto selectiva en el tema de las compras de libros o discos de flamenco, y este libro que ahora presento tiene todas las papeletas para ser una buena edición y contener información definitiva sobre este artista jerezano que siempre me conmueve, aunque cante por bulerías o intente hacer "fiesta".

El Disco-Libro está redactado por quien lo conocía bien: José María Castaño, y colaboran también Alfredo Benítez y Gonzalo López.

No lo he leído completo todavía, pero el breve prólogo que da paso a los testimonios y al análisis de la obra grabada del Borrico de Jerez, del mismo José María Castaño es un recordatorio emotivo, poético y admirable del periodista jerezano empeñado en recuperar las figuras cantaoras de Jerez más desvalorizadas. ¿para cuando la recuperación de Don Antonio Chacón?

Os lo copiaré a continuación, mientras escucháis las seguiriyas de Tío Gregorio, con la guitarra de Parrilla de Jerez, en grabaciones inéditas realizadas por Ricardo Pachón, y cedidas por el Centro Andaluz del Flamenco para la publicación de este disco-libro. AUDIO, en la Radio de la Porverita
"Con esta publicación, que abarca aspectos más allá de los meramente biográficos, los lectores y aficionados tienen la oportunidad de encontrarse con un personaje dotado de una extraordinaria calidad humana, fruto de la sencillez propia de los hombres que nacen y se crían en los campos de la baja Andalucía.


Tío Borrico era el prototipo del jornalero del campo de toda la vida. Hombres serios, trabajadores pero grandes y callados sufridores en la dura vida que la fortuna les deparó.


A través del escrito hablado, tal que el cante de Gregorio, se podrá conocer profundamente como, junto con los sufrimientos y las miserias que sufrían tan esforzadas personas, nacían a la par los lamentos cantados más desgarradores y más bellos, al mismo tiempo, que el mundo ha conocido.


En las gañanías de los cortijos y los almijares de las viñas jerezanas se unieron las fatigas del cuerpo y los lamentos cantados del alma. El transcurso de muchas noches alrededor de una candela como única lumbre de sus vidas. La misma que calentaba sus gargantas y hacía que expresaran, con un arte sublime, unos cantes donde las penas convertían mágicamente la noche en esperanzadores amaneceres.


En esas noches sólo la luna esperaba embelesada para asomarse a los ventanucos de gañanías y almijares ansiosa de escuchar los ayeos más telúricos de la creación. Ella era tan afortunada receptora de esos cantes que porfiaba con el sol del alba por no verse privada de seguir


Tío Gregorio era una circunstancia de aquella mezcla de miseria y arte. Él, como muchos gitanos de Jerez, se curtieron al sol del duro tajo diario y nacieron al cante con la misma naturalidad que lo hacían las amapolas de los trigales.


Era la noche, siempre la noche oscura del alma, en la que el artista jerezano se encontraba de nuevo con el cante y la pena.


En esta detallada biografía, que abarca también el análisis discográfico de su obra, se puede descubrir como su personalidad se fraguó en el yunque de los sudores en la era y se moldearía artísticamente, sin perder sus raíces cantaoras, vagando por las noches de ventas y tablaos.


De nuevo la noche, la noche oscura inseparable a su vida, la que apadrinaba sus cantes y la que le incitaba a seguir cantando con tanta jondura que hacía soñar con sus noches de gañanías a los aficionados y señoritos de cualquier colmao o venta.


Mas todo lo puro a los que se tiene alcance fácil y se manosea demasiado pierde valor. A Gregorio Manuel Fernández Vargas "El Borrico de Jerez" por azar de la vida tuvo que dejar, para poder comer, que se manoseara su arte. Seguramente por ello no gozaría de la fama y la fortuna que mereció uno de los maestros más grandes que ha dado Jerez.


Leyendo esta biografía podremos apreciar como era Gregorio Manuel Fernández como hombre y Tío Borrico como cantaor.


Un documentado trabajo que hace justicia con un hombre y un intérprete que siempre estuvo bajo el manto espeso de la noche.


La noche oscura de su cante.


(José Castaño Rubiales)
Dedicado a mi madre, otra tenaz luchadora, para que sane o deje de sufrir.

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