Además, escribe en uno de los periódicos del Grupo Yoly - Málaga Hoy- que, de toda la prensa andaluza, es el grupo que ha demostrado una mayor sensibilidad y seguimiento de la actualidad flamenca.
Disfruto, desde hace tiempo, de la lectura de los críticos de flamenco de otros diarios del grupo: Fermín Lobatón, del Diario de Cádiz, Juan Vergillos y Rosalía Gómez del Diario de Sevilla. También ojeaba, por encima, a los críticos de los periódicos de Granada, Córdoba y Málaga.
Desde que empecé a aficionarme al flamenco malagueño, le presto mucha más atención a Lourdes, ya que además de escribir fenomenal, cubre ampliamente todos los temas que han pasado a interesarme tanto. Dentro de poco os hablaré de un estupendo artículo suyo sobre la historia de la Peña Juan Breva. La conoce a la perfección, pues ha sido la única mujer que ha tenido un cargo directivo en esa institución. Después de Pepe Luque, es quien mejor ha escrito sobre la peña.
Os pongo su crónica de lo que aconteció en el Auditorio de la Diputación Provincial (Málaga) el jueves, en la primera sesión del ciclo "Flamenco y Poesía"
Ya tengo ganas de saber que nos va a contar Lourdes de la próxima sesión del ciclo: Paco Moyano con Pilar Paz Pasamar, la poetisa jerezana.La voz faltó, el compromiso no
Lourdes Gálvez Del Postigo Málaga Hoy 06.06.2009 - 05:00
El pasado jueves se inauguró el ciclo Flamenco y poesía en el Auditorio de la Diputación Provincial. Este año se ha dedicado a todos esos artistas que alzaron su voz para denunciar las injusticias, a esos poetas comprometidos con unos ideales y que se jugaron incluso la vida defendiéndolos en un entorno hostil.
Como comienzo, tras la deliciosa lectura de poemas de Paca Aguirre -en la que nos mostró sus vivencias de niña de la postguerra, pasando por temas que abundan en lo cotidiano y en reflexiones diversas-, un clásico de lo que podríamos llamar flamenco protesta: el cante de Manuel Gerena.
Gerena se caracterizó por ser un cantaor del pueblo y para el pueblo oprimido por la dictadura franquista. Allá por los 60 y 70 cantó a las libertades y los derechos vetados para los españoles de entonces, aun a riesgo de dormir en el cuartelillo, cosa que hizo en más de una ocasión. Con letras propias, congregaba en los colegios mayores y en las universidades a jóvenes ávidos de cambio, que reconocían en las formas vernáculas del flamenco un lamento y una queja, sí, pero con unos aires desafiantes que reclamaban la libertad sustraída.
Nunca se caracterizó Gerena por ser un gran cantaor en cuanto a facultades vocales, pellizco o técnica, su fuerte estaba en las letras y en su carácter rebelde y en su sabia combinación de flamenco y queja política. El pasado jueves, además, el cantaor se entregó al público a sabiendas de que la plenitud de las fuerzas habían mermado. Venía de cantar en Guadalajara en una sala donde el aire acondicionado jugó con su garganta hasta dejarle afónico, -lo que no consiguió el régimen de Franco lo consiguió un aparatito moderno-. Sólo pudo hacer un puñado de cantes, con la mejor de las intenciones pero con un resultado desafortunado. Acompañado por una joven pero solvente guitarra, empezó con fandangos de El Niño Gloria, rematados al modo de los fandangos de Huelva, con unas letras alusivas al imperialismo americano; continuó por levante, cante indispensable cuando hablamos de protesta, pues es el lamento de los trabajadores que se juegan la vida por un mísero jornal; continuó con rondeñas al estilo de El Gallina, aunque, siendo éste un cante que requiere gran potencia de voz y pulmones, no pudo ser ejecutado correctamente por las causas que alegábamos antes. Para terminar, unos suaves pero muy decentes martinetes pusieron el punto y final a una noche que, en otras circunstancias, podría haber dado mucho más de sí.
Si queréis saber que acontece en el flamenco malagueño, os recomiendo que sigáis a Lourdes y no a la Porverita. Ésta hará lo que pueda para recordároslo.
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