martes, 20 de marzo de 2012

Mi Festival de Jerez: bolero y malagueño

Un poco tarde, pero mejor tarde que nunca: este homenaje a la presencia malagueña en la última edición del Festival de Jerez y también a Jerez por esta estupenda edición de su festival de baile.

No es que yo eligiera los tres días que pasé en el Festival de Jerez por la presencia de Málaga en Jerez, pero casualidades de la vida, allí me topé con un puñao de malagueños flamencos la mar de "apañaos": Ramón Soler, Paco Roji y su familia, Alfonso Queipo y... lo mejor de todo: conocí en persona a José Losada "el Carrete".

Fue un placer escuchar a Ramón Soler -y conocerlo en persona- y a Paco Roji en la presentación del libro de la Repompa, que Paco me regaló, dedicó y que estoy leyendo y disfrutanto. Pronto hablaremos de él.

Resulta que pasé tres días y vi cinco espectáculos: tres de baile, otro de cante y baile, y uno de cante solo y en acústico

1) Lo que más me gustó y me pareció que tuvo una calidad excepcional, fue el espectáculo de danza bolera "muDanzas Boleras": tres estupendas parejas de danza española hicieron un magnífico recorrido -investigado y coordinado por Juan Vergillos- por la historia de la escuela bolera y la danza española.

Soy bastante ignorante en todo lo relacionado con el baile flamenco y la danza, pero siempre me ha parecido que el baile flamenco, con tener tanta gracia, no ofrece demasiada variedad y el exceso de pies, me pone con frecuencia, muy fuera de mí. Vamos, que si no se bailan tangos, me aburro como una ostra. : -(

En cambio... debe ser por mi origen aragonés, nunca me caso de ver "saltos" y la danza española y bolera, los ofrece a tutiplén y, encima, en esta ocasión, muy variados -todas las mudanzas posibles-, bien bailados y mejor acompañados por mi instrumento favorito: las castañuelas. Salí del Teatro Villamarta más contenta que unas... castañuelas.

2) Pero de donde salí con una sonrisa de oreja a oreja, y como dice Manjavacas "te puede gustar más o menos, pero cuando sales de verlo bailar, eres alguien más feliz" fue de la Sala la Compañía, de contemplar, por primera vez, el baile absolutamente "personal e intransferible" de José Losada "Carrete".  Haciendo "mudanzas" tan iconoclastas -o más- que Israel Galván, nunca hace el ridículo y creo que es porque... baila flamenquísimo y con una sensación de "no tomarse a sí mismo demasiado en serio" que se agradece mucho. Empiezo a estar un poco harta de "baile flamenco de caras largas" y con mucho mensaje oculto. Carrete hizo un montaje aceleradísimo y a compás de un taranto y cartagenera que no me importaría ver 100 veces más, si le salen "tan bordados" como en Jerez. Aquí -en Casa Patas- no le salieron tan bien:



Carrete bailó genial en Jerez -y él mismo lo decía continuamente: que había estado inspirado- el domingo 4 de marzo y al día siguiente, lunes, nos ofreció una charla desternillante sobre sus aventuras y peripecias de gitanillo buscavidas, en un encuentro con el público en el Centro Andaluz del Flamenco. ¡Vamos, mucho mejor que su "alumno" Chiquito de la Calzada!

3) Después de la danza bolera y la danza risueña de Carrete, me gustó el cante gitanísimo -en acústico- de Pedro el Granaíno en ese precioso palacio de Villavicencio, y el cante jerezano en el Teatro Villamarta para el espectáculo de baile flamenco ¡Viva Jerez! Aquí, quién movió a cantaores y bailores/as fue Javier Latorre, a quien me apetece felicitar por dar tanto valor añadido, con su coreografía, al "cante atrás" de La Macanita, de David Carpio o de Jesús Mendez y el Londro, y al baile de Antonio el Pipa, Ana María López -que bailó tangos-, Juan Parra y Macarena Ramírez. También Javier bailó su "aquel" y me gustó mucho verlo, aunque ande, el hombre, retirado del baile en directo.

He visto bastantes montajes "jerezanos" con baile y cante, que resultaban muy pesados por la incapacidad de "mover" adecuadamente a tantos artistas como se juntan en un escenario. Éste parece que fue el problema del día anterior en el Villamarta. Éste de ¡Viva Jerez! fue un espectáculo muy ágil y, por momentos, emocionante ver a grandes figuras del cante haciendo su faena "atrás". Lo mejor: el emparejamiento -los dos solos en el escenario- de Antonio el Pipa y La Macanita, cantándole unas "tremendas" soleares. Otro momento fantástico: la carita y el cante de Jesús Méndez para que el Pipa bailara sus bulerías. Así, relajado y vigilando los pasos del Pipa, el cante de Jesús es portentoso y mucho más natural. Y... como no, siempre disfruto con "los tangos" y en este caso los cantó David Carpio para Ana María López. ¿Por qué me gustaran tanto los tangos? ¿Estará en mi destino que aprenda a bailarlos cuando... me jubile?

4) Del espectáculo de Rocío Molina, "Vinática", no tengo mucho que decir: que me pegué un susto gordo cuando descubrí que ya había visto ese espectáculo en Madrid -nunca presto atención ni retengo los nombres de los espectáculos que voy a ver- ya que, en aquella ocasión, a punto estuve de abandonar el teatro del Canal, en el primer cuarto de hora. Esta vez no podía escaparme, porque estaba en medio de una larga fila, pero en honor a la verdad, he de reconocer que lo ha mejorado un poco: no hubiera podido soportar 15 minutos de... brindis de espaldas al público.

Salud

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