domingo, 22 de noviembre de 2009

Málaga en el cine... delirante

Esta mañana de domingo, en Madrid, todavía hacía sol y he decidido darme una vuelta por el rastrillo de mi barrio para ver que vinilos "nuevos-viejos" había en él.

Como un amigo bloggero y fiestero me tiene tras la pista de una película británica de Carol Reed filmada en España, le he echado un vistazo a los polvorientos DVDs y Cintas de Vídeo; no he encontrado nada del cine folclórico por el que me ha entrado una especie de curiosidad malsana, pero he descubierto que el Diario Sur publicó una serie de DVDs bajo la denominación de "Málaga en el cine" que me ha interesado mucho y voy a ver si encuentro más volúmenes.

La verdad es que, para disfrutar esta colección, habría que conocer mejor Málaga: la de ahora y la de hace varias décadas, la de la capital y la de su provincia; pero bueno, todo se andará. Al buscar la relación de títulos o algunos detalles de la colección -de la que agradeceré todos los datos que me queráis aportar- he encontrado este comentario sobre las películas que se han filmado en Málaga.

De momento, ya me he reído un poco con esta antología del disparate cinematográfico, en la que aparece mencionada la famosa película que vamos buscando. Se trata de una reseña que he encontrado en internet de Francisco Griñán.
FOTOGRAMAS PARA UNA GEOGRAFÍA SURREALISTA
Los rodajes en Málaga, sobre todo los de películas extranjeras, han cometido auténticas barbaridades al situar en la Costa del Sol el Acueducto de Segovia o han convertido el Ayuntamiento en un hotel. por Francisco Griñán.
Un coche avanza a toda velocidad en persecución de otro vehículo. El (glorioso) blanco y negro revela que la acción se ambienta en torno a los años cincuenta y que, a pesar del tiempo transcurrido, se trata del hoy congestionado Parque de Málaga. Los coches siguen a lo suyo y en un santiamén aparecen en Fuente Olletas, enfilan el camino de Colmenar con rumbo a los Montes... pero aquí falla algo: tras una curva aparece ¡el Acueducto de Segovia!. ¿Error, desliz...? Nada de eso, simplemente cine.
¿Se imagina lo que pensaría un estadounidense si viera un filme español en la que la estatua de la libertad apareciera en pleno cañón del Colorado? Pues eso es lo que se experimenta cuando se ve desde aquí 'Perfume de misterio' (1954), en la que el director estadounidense Jack Cardiff alcanzó una de las cotas más delirantes de lo que en cine se denomina 'geografía ideal' al situar la famosa canalización romana en plena Costa del Sol.
Y es que la ciencia ficción no es sólo patrimonio del género fantástico, sino que es algo consustancial al propio séptimo arte, el único capaz de darle al cartón piedra apariencia de granito. Pero la geografía ideal se toma a veces algunas 'licencias' que, a los ojos de los conocedores de esos escenarios, resultan simplemente surrealista.
¿Hotel o Ayuntamiento?

En el patio de butacas, el espectador malagueño se ha encontrado incluso con el caso contrario al de 'Perfume de misterio'. Por ejemplo, en 'El boulevard del ron' (1971) Brigitte Bardot y Lino Ventura van tranquilamente paseando por Cuba y ¡de repente! aparece un hotel muy familiar: no hay que ir hasta el Caribe para encontrarlo, sino que basta con echarle un vistazo al Ayuntamiento de Málaga. Por cierto que Bardot y Ventura no llegaron a besarse en la película, ya que el italiano especificó en su contrario que no tendría «contacto físico» con ninguna actriz, como revelaba la intérprete gala en sus memorias.

Pero no sólo el cine extranjero ha cometido sus aberraciones. También el español. El mítico director Edgar Neville, que además residía largas temporadas en Marbella –su casa, Malibú, fue años más tarde adquirida por Sean Connery–, rodó en la capital 'Duende y misterio del flamenco' (1952), pero se encontró con un problema.

«Neville quería rodar una escena en la sepultura de Juan Breva, pero descubrió que éste había sido enterrado en una fosa común. Entonces encargó una lápida con su nombre, la puso en la tumba que más le gustó y rodó la escena», recuerda el periodista cinematográfico Guillermo Jiménez Smerdou, ganador de un Premio Ondas.

Inundación de burros.

El tipismo andaluz ha sido tradicionalmente un reclamo turístico. Pero también se corre el peligro de dar una imagen distorsionada, como hizo el propio Carol Reed (autor de 'El tercer hombre') que rodó en Málaga el 'thriller' 'El precio de la muerte' (1963) e importó los famosos burros de Mijas «para colocarlos en las escenas que transcurrían en la actual plaza de la Constitución o en la Alameda», afirma Jiménez Smerdou, que sentencia sin dudarlo: «El cine ha falseado siempre todo lo que le conviene»
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4 comentarios:

Red Verdialera dijo...

Hola Porverita. Otro fiestero me comentó en el blog hace unos días que tiene el fragmento de la película de Carol Reed y que lo colgará en breve. Podrás satisfacer tu curiosidad, espero :) De todas maneras, si sigue sin aparecer entera, estoy barajando comprarla:

http://alanbates.com/abarchive/film/running.html

Hay otros "retos" verdialeros pendientes. Por ejemplo, un pequeño corto de 14 minutos llamado "Fiesta de Verdiales" realizado por el ingeniero y escritor Juan Manuel Calvo en 1977. Creo que ha sido expuesto en diversas ocasiones en ciclos cinematográficos.

Un saludo.

Porverita dijo...

Hola Red.
Muchas gracias por las noticias, pero estoy subscrita a las entradas y comentarios de tu blog, así que me entero de todo.

En ese enlace no sé si podrás comprar la peli de Carol Reed; creo que es simplemente el archivo del actor inglés Alan Bates, y un registro de las películas en las que aparece.

En Málaga tenéis un buen festival de cine y documentales, así que tiene que haber muchísima gente experta y con buen material sobre los verdiales.

Salud.

Red Verdialera dijo...

Bueno, yo les he enviado un correo a una sección que pone "Shop" preguntando en cuanto sale que me la envíen desde los USA, a ver si se puede. ¡Qué quiero ver la Calle Larios llena de burros, para variar...! jeje.

Porverita dijo...

Mucha suerte, Red; pero no te parece que ya hay bastantes borricos en esa famosa calle malagueña.

Yo encontré otros sitios de venta pero ponía que la película estaba descatalogada.

En mi biblioteca hay un fitipaldi de la internet y cinéfilo perdido al que tengo que consultar sobre cómo hacernos con la cinta de vídeo o dvd piratón, pero trabaja por la tarde, así que un día me quedaré para tener mi entrevista con él.

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