sábado, 5 de septiembre de 2009

La otra cara de la moneda

No hay experiencia que no tenga dos caras, y mi escapada relámpago a Málaga tiene también su cara risueña:

He visto a los "viejos" amigos del Congreso de Arte Flamenco del año pasado y algunos de nuevo cuño, o conocidos a través de este blog. Sólo lamento profundamente la pérdida de uno de los aficionados de Aranjuez: Juan el Cantaor, que tan bien me caló el año anterior en Antequera. Bueno, Juan ¡lo has conseguido! ¡ya estás entre los más grandes cantaores!

He asistido a algunas ponencias interesantes y alguna francamente buena: la de Jesús Asensi, que además señaló una línea de investigación abierta muy novedosa y prometedora: el desarrollo paralelo del cante flamenco y de la afición a la opera en España, que indudablemente tuvo que influir en el cante popular.

He visto una exposición buenísima de fotos inéditas de la Repompa de Málaga y su círculo. Creo que se va a repetir dentro del Museo de Arte Flamenco de la Peña Juan Breva, no os la perdáis. Por lo visto, la exposición sobre los Verdiales se cayó del programa ¡Qué lastima!.

He vuelto con un montón de grabaciones y discos de cantaores malagueños - gracias al amigo Paco Roji- que me van a tener muy ocupada y entretenida durante meses; para aliñar la ensalada con un poco de salero gaditano, uno de los discos que me he traído es de cantaores gaditanos: !Ay, qué cositas hacía el Beni!

Algunos amigos -Lourdes Gálvez y Jesús Asensi- me han regalado material impreso fantástico que terminaréis viendo aquí, en el blog.

Pero lo que me tiene como "niña con zapatos flamencos de lunares" son los datos y testimonios nuevos sobre la vinculación de Macandé con Málaga capital. A la gentileza y buena memoria de José Luque Navajas, que atendió mi petición de escribir y comentar conmigo los testimonios recogidos personalmente sobre las estancias del gaditano en Málaga, le estaré siempre agradecida.

Por fin, tengo la respuesta malagueña al misterio de los Fandangos de Macandé, y quizá a los del Pregón y el Manicomio poco vigilado. Me siento feliz de poder añadir algún dato nuevo, aunque no sea de mi cosecha, para el mejor conocimiento de la peripecia vital del cantaor gaditano.

Próximamente en este blog: El regreso de Gabriel Macandé.

Hasta entonces, morderos las uñas.

La Porverita desalmada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

porverita lo que si te epuedo desir de macande es que una noche iba con mi amigo por el barrio de santamaria ,hace poco y me preguntaba que quien era un cantaor y otro..y le iba cantando bajito los cantes cuando derepente por la calle mirador me dio por mirar una losa en la pared de una casa que ponia que ahi vivio macande,y le cante un fandango de el ,otro dia pasare y le hare una foto jej

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