Aquí va otra tontería de las mías.
No tengo nada que hacer más que vigilar y estar con mi madre en casa. Es puente en Madrid y todo el mundo se ha escapado de la ciudad, incluida mi hermana, así que me acerco al blog con desgana y sin saber lo que va a salir de esta cabecita mía.
El caso es que estoy algo "desenchufada" o más bien algo "fundida". Ha sido una semana flamenca intensísima y de grandes emociones: el grupo de Pedro Sierra y el baile gracioso de El Junco en el Auditorio hace una semana -el viernes pasado-, al día siguiente el descubrimiento de una estupenda cantaora malagueña en el exilio barcelonés, Carmen Corpas y ayer, jueves, la excelencia del espectáculo de baile de Javier Barón: guitarra, cante y baile por partida doble; Cataluña, Cádiz, Málaga y Sevilla, y en mayo... ¡año nuevo y Córdoba!
Hace años que me di cuenta de que yo hacía una revisión y puesta al día de mi trayectoria vital anual, no el 1 de enero, sino el 1 de mayo. El cuerpo me pedía hacer replanteamientos, correcciones en la trayectoria, cambiar cosas y actitudes, retomar los buenos propósitos de siempre: "¡se humilde, se paciente y no toques Unicorn!"
En esta especie de somnolencia satisfecha de después del banquetazo flamenco, se me ocurre ponerme a pensar en las próximas correcciones actitudinales: leer más y escuchar menos radio; pensar antes de escribir; terminar alguno de los miles de libros que tengo empezados; comer -y beber- mejor; no engordar; y sobre todo, no acumular frustraciones flamencas.
Me explico. Hasta hace bien poco me apuntaba a todo el flamenco que mi cuerpo y bolsillo podían conseguir, porque no conocía y no sabía lo que me podía o no gustar. Ahora creo que empiezo a saberlo, o al menos sé lo que me sienta bien.
Así que de las próximas citas flamencas en Madrid he seleccionado sólo lo que de verdad me apetece y que tengo alguna seguridad de que me va a gustar: Vicente Amigo en el Teatro del Canal. Aquí es dónde entra en juego Córdoba. La noche en blanco del flamenco en esa ciudad, por mucho que me pueda resultar tentadora, sé que no la voy a poder digerir.
Os dejo con unos tangos de Vicente y con sus pinceladitas de cante.
El último propósito de este año nuevo que empieza para La Porverita es que... no os voy a castigar con las rememoraciones infantiles y adolescentes de la niña musical, que he trasladado a otro blog.
Salud y buen provecho.
viernes, 1 de mayo de 2009
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1 comentario:
No se muy bien Triniá, a donde te puede llevar esta locura de diario virtual abierto al mundo, aunque desde la barrera.
Me gustabas más antes Niña, cuando te llamabas Porverita, ¿recuerdas?, no hace tanto nos llamábamos por teléfono, que cosas… No se, entonces me resultabas mas cercana y mas directa Porverita...
Triniá me suena más a copla y a bolero, me recuerda a una petenera desgarrada de Irma Vila y su Mariachi.
Niña, Milagros, Porverita mía, Triniá, no sería mejor quedar con los amigos a diario, hablar, pasearse, ir al teatro, cenar, ir a la compra y discutir... Por que no volvemos a ir a los toros en pandilla y luego tomarnos unos vinos en los alrededores de la plaza y bailarnos un chotis por las calles y dejar que la brisa de la tarde zarandee tu falda.
Querida Milagros, no se ya ni que decir, ni siquiera se como llamarte, por que Angustias me produce inquietud, Amparo ya no me asiste y Esperanza no me queda.
Haré lo que hace tiempo debería de haber hecho, llamarte, llamarte por telefono.
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