viernes, 27 de febrero de 2009

Disfrutar escuchando cante flameno es de locos

Disfrutar escuchando cante flamenco es de locos.

Qué te guste es normal, y a mí me gustó mucho Rocío Márquez, ayer en el Salón de Actos de la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Tiene una voz dulce, precisa, potente cuando lo necesita -potencia de la que no abusa, como otras-, y tan segura, que no sufres pensando que no va a llegar o no va a ser capaz de rematar. Por momentos se parece mucho a Estrella Morente, pero... señores, Rocío le da "cien vueltas" a la granadina: recoge la voz y la maneja como quiere, la lleva y la trae, y cuando lanza el grito, llega a dónde tiene que llegar y vuelve a bajar rápidamente a su cante recoleto -tomo prestado el término de mi amigo Juan de Pablos.



Así que, a veces, me gusta el cante pero disfrutar, disfrutar, es otro cantar. Estoy empezando a estar de acuerdo con los contertulios de José María Castaño en Los Caminos del Cante: que hay gente que canta muy "bonito" y muy bien, pero que el cante no "pellizca". Y es que es de locos: pa' disfrutar del cante flamenco te tienen que hacer sufrir, te tiene que dar un "latigazo", una descarga emocional que te deje trastornada, fuera de ti, que se te salten las lágrimas, que te quieras arrancar la ropa, que te quieras morir allí mismo...

Bueno, en serio. Rocío Márquez me parece una gran cantaora, segura y natural, nada impostada. Con buena planta y mucho control del escenario. Sólo necesitaría un guitarrista un poco mejor.
Siguiendo un poco los estilos que nos cantó ayer tarde, opino que sus referencias principales son Chacón, Vallejo, Valderrama, y Estrella Morente.

Empezó con una preciosa malagueña de Chacón, rematada con Cantes de Juan Breva y Frasquito Yerbabuena, y con eso ya me conquistó. Pero lo que más me gustó fue su Pregón del uvero, muy al estilo de Vallejo, sin acompañamiento de guitarra. Estaba esperando, como agua de mayo, sus fandangos -aunque es un palo que no me gusta demasiado- y me decepcionó... el guitarrista, no ella; para cantar fandangos de Huelva hay que tener un buen toque "por Huelva"

Pasé un buen rato, pero el "latigazo" y la lágrima no llegó. Y me está pasando mucho últimamente con todos los jóvenes; creo que estamos volviendo a los cantes bonitos y adornaos de la Ópera Flamenca, a la filigrana vocal, a la época de los "Niños de...".

Que sí, que sí, que cantan rematadamente bien, pero yo quiero otra cosa. ¿En dónde la voy a encontrar?

La Triniá insatisfecha

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, canta muy bien y te conquista enseguida porque es un encanto de mujer, con muchas facultades y sin sentirse diva. Pero hacer pupa y pegar pellizcos, es harina de otro costal. Eso lo dan los años, las duquelas y las voces afillás...

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