miércoles, 12 de agosto de 2009

Mis veleidades malagueñas

Estoy de lo más "veleta": he aparcado al francés Barón de Davillier -en la estantería- y he empezado un nuevo romance con un inglés: Richard Ford y su "Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa" (1845). Eso es lo que soy yo: una viajera de salón.

También he aparcado -momentáneamente- la novela, para coger la poesía... de Emilio Prados y sus primeros libros de poemas. Este nuevo estado de ánimo me llega siempre a mediados de agosto, cuando empiezo a vislumbrar el final del verano; y también porque se acerca la noche de las lágrimas de San Lorenzo, y me acuerdo de un amor que tuve una vez...

¿Por qué me gustará tanto este poeta malagueño? Seguramente porque no es nada barroco ni complicado, y porque sus imágenes son tan plásticas y tan surrealistas que no cabe buscar significados profundos y ocultos. Me limito a sentir sus insólitas reuniones de palabras, y no a pensarlas o descifrarlas. Me vais a permitir que os ponga algún fragmento de lo que me tiene tan atrapada: lo leo una y otra vez, y es como la música; suena diferente cada vez.

Noche
rosa negra
con estambres
de estrellas

Noche,
tintero de poetas.

Noche,
parra embrujada.

[...]

Noche,
libro sin hojas.

Noche,
diván de leyendas.

Noche,
estanque de mil ranas.

Noche,
abanico de ruedas.

Noche,
catedral sin campanas.

[...]

Noche,
del día aldaba.

Noche,
borrón del tiempo.

Noche,
remanso de las lágrimas.

[...]

Quiero entrar en tu huerto,
noche,
adormece a tus guardas,
apaga la linterna de la luna,
encierra tus arañas
y dile al búho que me guíe
por tu espesa enramada.

Noche,
puente de espectros.

Noche,
jaula de luceros.

Noche,
dalia marchita.

Noche,
esposa del desierto...

Otro poema:

CALMA

Cielo gris.
Suelo rojo.
De un olivo a otro
vuela el tordo.

En la tarde hay un sapo
de ceniza y oro.

Suelo gris.
Cielo rojo...

--Quedó la luna enredada
en el olivar.
Quedó la luna olvidada--
Y por último, lo que voy a tomar como divisa para La Porverita:
"Si yo supiera hacer malla,
sólo haría,
red y hamaca"

Salud de la Veleta madrileña, y esta noche a mirar... al cielo.

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