sábado, 17 de enero de 2009

Verdiales de Málaga y otras locuras vinílicas

La penúltima chaladura es que he empezado a comprar discos de vinilo. En mi empeño en publicitar el flamenco malagueño tengo que escuchar lo que se publicó y no se ha vuelto a reeditar.

Acabo de volver de correos de recoger el segundo envío: EP con soleares de Sernita y otros, EP de la Panda de Verdiales de los Montes y un montón de cosas de Emi Bonilla.

En otra entrada os hablaré de Emi Bonilla, si me entero de algo. Ahora quiero copiaros el texto que viene en la contraportada del EP de la Panda de Verdiales de Los Montes. Es de Antonio Mata Gómez, flamencólogo del que tampoco sé nada, salvo que firma casi todos los temas de mi disco favorito Café Chinitas.

Dice Mata Gómez:
"Los verdiales son fandangos bailables malagueños, de línea melódica breve y que están llenos de esa verdad y bravura que emplean en sus quehaceres los campesinos.
Normalmente, los verdiales se cantan y bailan en conjuntos denominados pandas, integrados por ocho o diez personas, la mayor parte de las cuales forma el acompañamiento musical. Este se consigue con múltiples instrumentos: un violín director que destaca la melodía, dos guitarras, dos pares de pequeños platillos y un pandero grande que dirige la percusión.
En cuanto a la antigüedad de los verdiales, recojo una buena observación de Luque Navajas, quien dice que "son anteriores incluso al nacimiento del llamado cante flamenco", en razón a que la forma y acompañamiento de estos son más antiguos que el primitivo fandango malagueño, que se acompaña solo con la guitarra." (Continuará en otra entrega)

Los verdiales tienen gran parte de la "culpa" de que yo me enganchara al flamenco. Los escuché por primera vez en el programa de José María Velázquez en Radio Clásica, y nunca he borrado la cinta de casete en que los grabé. Sigo intrigada, deslumbrada y enamorada de este fandango campesino tan contagioso.
Otro golpe de efecto fue escuchar los verdiales de Gerardo Nuñez en la sintonía del programa Madrid Flamenco. De nuevo me dije: "¡Por Dios! ¿Qué es esto? ¿De dónde sale este ritmo tan endiablado?
Desde entonces, cada vez que se arranca el violín de una de esta pandas de festeros, subo los brazos y me entran unas ganas irreprimibles de ponerme a bailar.

Así que os animo a que el próximo año me acompañéis a la Semana de Estudios de los Verdiales en la Peña Juan Breva de Málaga, y también al encuentro de Pandas en la Fiesta Grande de Verdiales del 28 de diciembre en la Venta de San Cayetano.

Larga vida a los verdiales. La Triniá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Triniá, has escuchado los verdiales de La Jimena con la Panda de Coín en la Magna Antología del Cante Flamenco? Yo no soy entendio, pero se me pone el vello de punta cada vez que lo escucho: esa voz de esa señora que ya parece mayor, como alarga los tercios, siempre a compás, y con esas dos primeras estrofas con esa letra tan hermosa: "la hermosura de los rios, la flor de la adelfa es, la hermosura de los rios, y tu eres la mas hermosa que mis ojos han conocío"

Pablo

Porverita dijo...

Hola Predicador,
¡Claro que me gusta la Jimena de Coín! Tiene las letras más picaronas que he escuchado.
Las letras de los verdiales tienen una mezcla de ingenuidad y picardía que me tienen cautivada.
La Jimena de Coín es otra de las joyas que contiene el disco "Café Chinitas". Supongo que Blas Vega, al recopilar cantes para la Magna Antología del Cante, utilizó estas maravillas que ya estaban en el archivo de grabaciones de Hispavox.
Salud, La Triniá

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